lunes, 19 de marzo de 2012

Toulouse Lautrec...


La jet-set parisina se vuelve a reunir una vez más en una obra de Toulese-Lotrec, esta vez en el  Moulin-de-la-Galette…  
Podemos admirar en un primer plano a un hombre, el banquero Henri Fourcade con un prominente bigote, típico de la clase burguesa, ataviado con un elegante chaqué negro de tres piezas y un sombrero de copa de igual color. Parece que observa entre la multitud la diversidad estética que conforman el resto de personajes, siendo aquel el que ve y únicamente siendo visto por aquel que admira el cuadro. Detrás del banquero se encuentra un gentío que parece estar disfrutando de la noche. Mientras disfrutan de una fiesta en el Moulin-de-la-Galette. Sin embargo su expresión está ausente e inexistente en contraposición con la del hombre que  monopoliza el primer plano, el cual es un simple observador que vaga por la sala.
Los colores de los personajes difieren con los del fondo de la habitación, estando los verdes, rojos y negros sobrepuestos sobre un fondo que mezcla colores en caqui y en beige muy pálidos. Las formas son curvilíneas y sinuosas,  dando sensación de movimiento y dinamismo a la obra.
 El realismo está impregnado en toda la obra, desde el movimiento que infieren las formas hasta la estructura del propio plano, ya que la imagen del observador siendo observado está en una posición frontal  con una pequeña inclinación, como si se tratase de una visión fiel a la realidad, hablando en términología cinematográfica estaría en un plano americano, dotando así a la imagen de una perspectiva común a los ojos de cualquier espectador de la obra. 

1 comentario:

  1. Hola Andrés:

    Debes de ordenar el contenido y seguir las competencias de la práctica, ya que faltan algunas de ellas.

    Valoración: visto.

    Saludos.

    ¡Sube la práctica hecha en clase!. Gracias.

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